martes, 28 de abril de 2009

Alicia


Alicia también tuvo que crecer. El gato la abandonó la noche que el juego de saltar sobre el colchón se convirtió en algo que confundió con amor. Quiso volver a ser pequeña y los hongos sólo la hicieron imaginarse abducida en un mundo sin madrigueras, porque aquí todos los días son para cumplir meses, años, décadas, deberes. Lo único que Alicia conservó fue la capacidad de inundar espacios y sueños.


Naranjas y Bruja, Chelin Sanjuan, acrilico sobre tela

1 comentario:

  1. Crecer...

    Ese verbo tiene mucho que ver con la etapa de mi vida que actualmente vivo.

    Perdona que mi lectura esté impregnada de ego...


    El texto se me hace fresco y original. Bien.

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