jueves, 3 de diciembre de 2009

Jodidos

Me preguntas de qué lado del amor estoy

Jodida

Igual que tú

¿El amor tiene lados?

Habrá que buscar en el diccionario

Y negar que uno más uno es amor

Y negar que todo triángulo equilátero es perfecto

De tras es adelante

La nada

Te pregunto de qué lado estoy yo

Tan fría como el lado de buscarte y amarte

Y perderme y encontrarte y verte jodido por ella

Y yo jodida por ti

y qué es el amor, carajo

Si al final podemos ver el caleidoscopio

y perdernos en cualquier insignificancia

hasta jodernos juntos

en cualquier lado

Orgasmo en voz alta

Me sigo masturbando pensando en ti,

odiándote ,

maldiciendo todo lo que dices a medias,

las mentiras que me tragué hasta quedarme estúpida de ti,

pensando con la vagina,

cantándote como antes pero ahora con mis labios calientes,

de cena habrá corazón hecho mierda que aún tiene el empaque de te amo,

te regreso en cada fantasma la pertenencia que me creí de mí,

la voluntad que ya no se levanta,

vieja,

tan vieja como mi espera de tus caprichos y los abandonos de razón para creer que eras tú tus palabras,

que eres tú ,

con estas ganas me meto el pene de plástico que vibra al ritmo de mis mentadas de madre para ti,

con cada movimiento unas ganas de joderte,

de que cada uno de mis gemidos te toque y sientas en tu oído, que zumba mientras llego al orgasmo, una serpiente que te quema y no adivinas qué puede ser,

piensas en el aire acondicionado,

no,

es mi respiración de muerta que te dice:

vete al diablo

sábado, 7 de noviembre de 2009

Días colgados

De los días colgados de madrugadas que no terminan de despertar
los sueños inconclusos son sombras de las que no conozco el nombre
y me nombran una y otra y otra y otra vez
una sonrisa irónica que me deshace
sin mirar mis ojos
puedo tragarlos con la tristeza de un pan incomible
con la nostalgia de un vaso de líquidos y sudores sin sentir sed
y todos nos sabemos tan fantasmas,
tan llenos de realidad y olvido
que doy lástima y no me miran
siguen en su danza infinita de imágenes
me suplantan, me voltean, me hacen girar y vuelvo a caer
apenas sostenida de una madrugada que no termina de llegar

viernes, 6 de noviembre de 2009

Centro

Entre las miradas indiferentes que caminan perseguidas o persiguiendo no sé bien qué, te busco

en los domingos de fiesta saturados de cabezas, manos, pies que se agitan y mueven, que crecen y se pierden

donde el silencio no cabe y el ruido chorrea sudores

en los paseos por la ciudad de calles y sombras que asustan con sus viejas amarillas que esperan no sé qué

en las habitaciones de cada día con sus ventanas que cuelan polvo y graban rostros desfigurados, me busco

Descifrar la sombra con que te vistes cada mañana

entender mi propia existencia

existir fuera de ti.
Una palabra gastada de espera

quemar las ganas de labios muertos

helar la piel

y caer

Una noche cualquiera para matarte por completo
deshacer la tinta

disolver la sangre
gritar

y caer

Salir del centro o aproximarme a él hasta caer exactamente en el infinito de tus agujeros

deseos

sueños

insomnios

que se pierden y se encuentran

el tiempo es un momento, el tiempo es siempre y nunca

donde no estamos



jueves, 17 de septiembre de 2009

Memorias de espejos

Otoños de mediocridad vieja
Gastado
Hoteles de paso sin memoria
Sus ojos te reconocen
Mutilado
Multialado
Y eres deseo
un tiempo
olvido

Espejos sin memoria
Caminas
No avanzas

Reconoces espacios
Círculos infinitos
Laberintos
Otro pasado

Regresas
Allá es aquí
Aquí no existe
Ella es aquí
no existes
No hay sueño
Los insomnios de un cuerpo
que no es el tuyo
Un nombre
que no es tu nombre

Ella vive desnudándose
sin cerrar los ojos
Ella vive de frente
sin abrir la boca
Ella te molesta
sin tocarte
Ella
Ella
Él

Di que no la recuerdas
No duermas
Los fantasmas vuelan de noche
y siempre hay reflejos sin memoria

viernes, 15 de mayo de 2009

Exorcismo


Llegaron una tarde fría, creo que era invierno porque eso me dijeron los que estuvieron ahí. Yo no las vi hasta mucho tiempo después.

Mi madre aún vestida de virgen roja por primera vez las oyó gritar. Se veían tan indefensas y sin pudores se pegaron a sus senos, la bebieron hasta dejarla seca. Con los huesos de su cuerpo hicieron su pequeña casa de muñecas. Colgadas de su sonrisa falsa aprendieron a fingir.

Muchas veces las mandé al diablo, les grité, pero las bastardas seguían ahí, pegadas a mí, rodeándome sin entender, por más que les explicaba que yo no era Doña Blanca y que ese jicotillo era mío, mío porque a mí me pertenecía su veneno y su vuelo. Siempre tan caprichosas por alejarme de ti, y yo aferrada a buscarte entre los basureros de la ciudad, entre las calles donde los perros no llegan porque les dan miedo las sombras que crecen y se encorvan por el alumbrado público, en los peores bares o en el metro, que casi es lo mismo.

Tenía que encontrarte antes que ellas, el maldito tiempo que susurraba su tictac cínico: “no lo encontrarás, nunca sabrá que existes, no lo encontrarás, es él, no es, sí, no, tic, tac”. Por eso las encerré aquel día después de forzarlas a meterse bajo la regadera con agua helada, así les regresaría un poco de cordura, pero eran tan necias, se escaparon bailando como si nada sucediera a su alrededor, yo gritaba, pataleaba en medio de la habitación.

Llegaron antes, caíste redondito en sus manos de sirenas, y no digo en su canto porque su voz es de guacamayas desafinadas, pero te dejaste seducir por su mirada disfrazada de melancolía, mí melancolía de ti y el final ya lo sabes, se alimentaron de ti, de tu infinita espera de mí.

Ahora, que sabes quién soy ya no hay tiempo, debes hacerlo, ellas palpitan dentro, las oyes rondar por tu cama mientras finges que duermes o en el silencio que vence tu ganas. Te esperan y te encuentran vestido con el insomnio de los días sin madrugadas, están ahí jugando su eterna ronda de oro y plata, de tinta y papel y la única forma de exorcizarlas tú la sabes bien, mi jicotillo. Un juego interminable en el que a veces seremos las victimas y los victimarios, porque siempre estuvimos de acuerdo que esa era la regla del juego.

Aura Luna

martes, 28 de abril de 2009

Alicia


Alicia también tuvo que crecer. El gato la abandonó la noche que el juego de saltar sobre el colchón se convirtió en algo que confundió con amor. Quiso volver a ser pequeña y los hongos sólo la hicieron imaginarse abducida en un mundo sin madrigueras, porque aquí todos los días son para cumplir meses, años, décadas, deberes. Lo único que Alicia conservó fue la capacidad de inundar espacios y sueños.


Naranjas y Bruja, Chelin Sanjuan, acrilico sobre tela

Circunferencia

Romper el silencio
abrazar en palabras
lo habitado entre mis piernas

Caminar sombra pegada
a destiempo
decir


no



no

no

Voz
en espera... Miedo

Miedo de palabras
abrasadas en tus piernas


Aura Luna

sábado, 18 de abril de 2009

Historia de un cuerpo


Por el filo de tu espalda
obcecada entre el polvo de tus huesos sépticos
en el recóndito agujero abismado de un pretexto
laberinto de costillas disipadas

Camina sobre las plantas de unos pasos
busca el hilo de viento bajo su despojado centro
el papel ha mudado
la casa, son muebles
y la tinta construye con el silencio
un quejido
apenas un susurro
un concepto indescifrable de aliento

Duermes en el sueño de un espacio metálico
hermético

minutos
segundos
en la piel
en la sangre

Orgasmos fosilizados
incrustados en las piedras como esperanzas sin destino
que
caen
infinitamente…

Prolongación de un cuerpo en fantasmas
el humor, la flema, latente miedo
olvido
polvo que se quiebra
en manantiales de hedores sin olfato
ojos, senos abiertos
desgarran manos que caminan
pies que palpan reconociendo la saliva
otro

él
nosotros
ustedes
yo
nuestro
un cuerpo que fue
que es historia

Aura Luna

lunes, 13 de abril de 2009

Intermitencias de luna

Ciclos que nos nutren y vuelven sin que las líneas se toquen. El tiempo es una infinita espiral y en esta mi historia las huellas y ecos de los que me acompañan en el camino, algunos a quienes he perdido o caprichosamente me abandonaron, los que dejaron su voz en mis letras y nutrieron mi ser sediento serán reflejo de los días menguantes, de las noches llenas para experimentar, para continuar la búsqueda interminable de las mujere que me habitan.



Teseo
Toca mi piel con tus manos de fuego y nieve,
grita mientras enciendo la vela
que ha de conducirnos a la muerte.
Escribe un nuevo verso en mi entrepierna
con la sangre de cada una de tus venas,
desliza tu lengua por el laberinto de mi espalda
hasta donde tus prejuicios te conceden tregua.
Remonta mis alas,
vuela conmigo esta noche antes que amanezca
y el deber nos sorprenda enlazados
en el abrazo de una cama ajena.
Mírame otra vez,
cuélate por mis pupilas,
trágame completa,
Y que sólo queden las cenizas de otro sueño.

Aura Luna