miércoles, 27 de julio de 2011

Recorrer los días en tu voz
cada mañana olvidarme de la vida y vivir
recordar, por la madrugada, los sueños
imprimir una fotografía surrealista de mí y mi mundo de tinta en aguamarina
perderme en tus libros de bolsillo
ser el compendio de farses cortadas
y pendientes a resolver

Te queda adivinar la distancia de mi piel y tus manos
tocar las notas excatas de mi impaciencia
cuando vuele la tarde y el frío se pegue a tu ventana de edifcios burocráticos
cuando no encuentres mi débil paso frente a tu puerta revoloteando el caos
quieta a tu mirada
Cuando no quede de mí más que un montón de palabras mal acomodas
vuelve la página
un silencio
mi nombre

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